
Su majestad El mar
Para mí y creo que no exagero al decir que para la mayoría de las personas, ir al mar es uno de los mejores paseos que hay en la vida, si no el mejor. Desde niños a ancianos todos disfrutamos de ir al mar y a la playa, sin importar el lugar, a pasar vacaciones, un fin de semana o un día, pero sin duda, siempre será fascinante.

Con aguas cristalinas, o no tan cristalinas, azules o verdes o de siete colores; con olas o sin olas, con playas de arenas blancas, otras no tan blancas o incluso sin playas, el mar es igual de relajante en todos lados, emocionante y delicioso. El mar es libertad en todo su esplendor.
El mar es imponente
Solo basta con estar en la playa observando la imponencia e inmensidad del piélago, el ir y venir de las olas, percibiendo su arrullador sonido al reventar en la orilla, mientras los rayos de sol tocan tu piel, oír el canto de las aves y palpar la arena en tus pies, manos y otras partes, para que tu cuerpo, mente y alma entren en un estado de relajación tal, que todos los problemas se olviden, tu cuerpo se sienta aliviar y todo el stress que traes del ritmo de vida tan acelerado en que vives, quede atrás, llenándote de energía y muy positiva y sintiendo paz y felicidad absoluta. Es una sensación tan placentera e increíble que es difícil de describir pues se tiene que experimentar y con todos los sentidos. Es tanto lo que hace sentir, que es y ha sido la fuente de inspiración de muchos escritores.
El mar es enigmático y misterioso, sus profundidades esconden tantos secretos que ni los más expertos estudiosos del tema conocen realmente todo lo que esconde.

El poder que tiene el océano es tan grande, que no en vano dos tercios del planeta está compuesto por océanos y así como puede desaparecer territorios en instantes, proporciona vida a una incontable cantidad de seres vivos que habitan sus infinitas masas de agua.
Cuidemos la naturaleza, cuidemos el mar
Es tanto lo que el mar nos brinda a personas y animales, que me duele ver sus aguas contaminadas, me duele ver como indiscriminadamente tiran basuras a sus aguas y como maltratan ballenas, delfines y muchos más animales que solo nos traen alegría y paz a todos.

Cuidemos la naturaleza, cuidemos los océanos, cuidemos la vida y la mejor forma de hacerlo es enseñando a nuestros niños desde que nacen, a respetar, proteger y amar estos lugares tan hermosos y espectaculares que la vida nos presta.
Cuidémoslo, para que todos podamos seguir teniendo el placer de sorprendernos y deslumbrarnos con todos los lugares hermosos donde el mar es el protagonista y es para mí la mejor terapia, la mejor medicina y el mejor consejero que hay.
Lugave 🙂