Destinos / Experiencias de viajes

No vayas a Berlín un 9 de noviembre

Esta no es una crónica más, esta historia es más que eso, es una travesía a pie durante un fin de semana en Berlín, que se redujo al día en que más hemos caminado en la vida.

Todo comenzó un frío viernes a inicios de noviembre, cuando salimos a cumplir con un listado de lugares turísticos debidamente estructurado para conocerlo en un fin de semana, pero, no todo sale como uno lo planea. Paseamos y conocimos imponentes e importantes lugares por supuesto muy nutridos de historia, entre esos la Catedral.

La Catedral

La Catedral

No la olvidaremos pues pasamos muchas veces frente a esta y sin saber por qué, pues siempre que pensábamos que llegamos a un nuevo sitio, aparecíamos en la misma Catedral, como si un duende nos pusiera allí.

La primera vez que estuvimos ahí entramos a conocerla, no es tan grande pero sí muy bella y subimos a la cúpula para admirar la bella ciudad, confirmando que sí es hermosa la vista de Berlín.

Vista de Berlín desde la cúpula de La Catedral

Al salir de ahí, fuimos en búsqueda de otro lugar pero regresamos al mismo sitio, aún con ayuda de GoogleMaps. Esto sucedio como 4 veces y, sin mas remedio, volvíamos a admirarla y tomarle fotos. Así que nos aprendimos la ruta, casi de memoria, osea que cuando necesiten llegar a la Catedral de Berlín, nos preguntan.

La Catedral

El Museo Pérgamo

Ya en la tarde ¿o debería decir en la noche, considerando que allá a las 4 pm ya está oscuro?, cosa que nos sorprendió muchísimo, sentíamos como si fueran las 8 de la noche pero seguíamos con energía para turistiar, así que emprendimos otra larga caminata hacia el museo Pérgamo.
Esta caminata duró casi dos horas, buscando primero la Isla de los Museos. Y luego, dando vueltas en círculo haciéndole caso de nuevo a nuestro amigo e GoogleMaps, pero más perdidas que embolatadas, buscando la entrada al museo.

Entre el intenso frío que traspasaba las tres capas de ropa y la piel hasta llegar a los huesos y el dolor de pies por la ajetreada jornada a pie durante 9 horas, nos invadía desespero (llámese malgeniecito) por no encontrar el museo. Pero le buscamos el lado bueno a todo y viendo la belleza de árboles otoñales a nuestro alrededor y la arquitectura antigua e impresionante de algunos edificios, nos impregnamos de alegría o bueno, al menos tranquilidad para seguir en la búsqueda del museo.

Finalmente nos dimos cuenta que estuvimos todo el tiempo no solo frente al museo, sino que pasamos dos veces por la entrada improvisada que tenía, ya que la principal estaba en remodelación. No sabíamos si reír o llorar, y preferimos soltar unas carcajadas recordándonos lo bobas y desubicadas que fuimos. Cuando llegamos al museo, se acercaba la hora del cierre, así que, invadidas por el cansancio y el desconcierto, solo hicimos uso de su baño, como para no perder la ida y decidimos emprender el camino de regreso al hotel.

Vista desde el Museo Pérgamo

Tratando de llegar al hotel

Camino al hotel, pasaban carros de policías, veíamos ambulancias parqueadas alrededor y muchas calles cerradas. Debíamos cruzar un parque, pero varios policías acordonaban la zona en inmediaciones del Parlamento, así que nos hicieron entrar por un oscuro y miedoso bosque en un parque, que nos llevó de nuevo a donde comenzamos la caminata.

No podíamos creerlo, no entendimos que pasaba, buscamos otra calle que nos permitiera llegar al hotel, pero lo que hicimos fue alejarnos más de este, pues estaba también cerrada y con más grandes y serios policías.

Buscamos otra tercera calle y otra más y también cerradas, nos sentíamos atrapadas en un bosque pero este era de cemento y en vez de animales tenía muchos policías. Logramos llegar a un río que pasaba cerca al hotel, nos emocionamos mucho, pero esa emoción duró poco.

Más policías y calles acordonadas, incluso el puente lo estaba, y para no devolvernos, bajamos hacia el camino del río. Mientras caminábamos más policías aparecían y nos miraban raro. Además, cientos de personas se agolpaban protestando en un puente al que nos acercábamos. No encontramos por donde subir pues todas las salidas estaban cerradas y nuestros pies ya protestaban también pero de cansancio.

No tuvimos más opción que ir por la «boca del lobo» osea cruzar por el mismo puente de la protesta. La multitud gritaba y saltaba y seguía gritando. Nunca supimos que decían, pues ninguna sabe alemán, solo entendíamos algo así como «Nazi», así que tranquilas no estábamos y sin saber qué pasaba pues peor aún.

Hasta que por fin

Logramos sobrevivir a la multitud asustadas y llegamos a la última calle que quedaba para el hotel y…si señores, también cerrada, pero esta vez dijimos a los policías, casi rogando, que nos dejaran pasar a nuestro hotel que estaba al final de la calle y afortunadamente nos dejaron seguir, que alivio.

Por fin llegamos a nuestro destino después de como 3 horas y preguntamos en la recepción que sucedía afuera. Después de mirarnos con cara de «que ignorantes», la recepcionista nos contó que ese día era el aniversario de la Caída del Muro y por ende toda la ciudad colapsaba con protestas.

Parte del Muro de Berlín

No es que no sepamos de historia, es solo que uno no tiene todas las fechas históricas en la cabeza. Además, cuando planeamos el viaje, nos pudo más la emoción de viajar que la inteligencia y simplemente elegimos un puente festivo cercano y resultó que dimos en el blanco.

Berlín es una ciudad encantadora con todo y frío, es muy organizada y cargada de historia, con la mejor cerveza que he tomado y hot dogs con las más deliciosas salchichas, las alemanas. Les recomiendo mucho visitar la ciudad, pero un día diferente al 9 de noviembre.

Detalles de todos los lugares imprescindibles para conocer en Berlín estarán en un futuro post, o en google si la paciencia no alcanza.

Lugave 😊

Comentarios

Teresa
26/03/2019 a las 8:21 pm

Chévere el artículo, tendré en cuenta la fecha de visita a dicha ciudad



Mafe
26/03/2019 a las 8:36 pm

Que hermosos recuerdos viendo tus fotos.

La verdad es que lo mejor de ir a Berlín es perderse 😉
Lamento lo del exceso de camino



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