¿Viajar sola?
Mi primer post es sobre mi primer viaje sola a otro país. Es un tema que ya varios bloggeros de viajes han tocado, viajar sola o solo, sí, sin embargo quiero plasmar como fue mi experiencia puntual viajando sola, y no profundizaré en lugares ni en el viaje como tal, sino en la experiencia.
Debo admitir que cuando compré los tiquetes para este viaje, no tenía claro que viajaría sola. Este viaje se llevó a cabo, después de mucho pensar y proponer a mis amigos y familia que se fueran conmigo de vacaciones para algún lado, y nadie se apuntó. Pero una gran amiga que vive en México, me dijo que me fuera para allá, que me recibía en su casa y que luego se iría para New York y que también podría yo aprovechar e irme para allá. Fue la primera vez que no le eché tanta cabeza a algo, y sin pensarlo me ví con los tiquetes comprados para el DF (Ciudad de México), en donde me quedaría 10 días y de allá saldría para NY otra semana.
Días antes del viaje, me enteré que cuando yo estuviera en México, mi amiga no estaría. Preciso se cruzó su ida a New York con mi llegada a México, y pensé chanfle y ahora?. No niego que sentí sustico, pero después analicé la situación y creí que sería una buena oportunidad para estar sola y recorrer las ciudades y alrededores a mi antojo.
Sola en México DF
Al llegar al DF vi una inmensidad de ciudad (no en vano es una de las 3 ciudades más grandes del mundo en extensión), otra vez sentí sustico mezclado con emoción. Como era de esperarse, había mucha congestión vehicular, pero a la vez grandes vías y alternativas de transporte. Durante toda mi estancia en el DF y en NY estuve transportándome en metro y metrobus (buses articulados) y por supuesto, a pie, el más económico medio de transporte y el mas adecuado para conocer una cultura, conviviendo con la gente en su día a día.
Sí, me perdí varias veces en ambas ciudades, pero como bien dice el dicho “preguntando se llega a Roma”, claramente no llegué a Roma, pero si aparecí después de mucho preguntar y de unos buenos sustos, que luego llamé anécdotas y seguí mi camino. (el tema de las perdidas son para otro post).
Sola en NY City
En NY tuve la fortuna de alojarme en una casa de familia, una familia muy amable. Esta casa quedaba alejada de NY, exactamente quedaba en Bloomfield, un hermoso y tranquilo pueblo de New Jersey. Para llegar a Manhattan desde ahí tenía que caminar varias cuadras solas, calmadas y en silencio hasta llegar a la estación de tren. Desde allí tomar un tren que parecía sacado de alguna película bonita infantil (algo así como «el Expreso Polar»). Luego hacer un transbordo y, finalmente más de una hora después, llegar a la gran manzana.
En las noches este mismo trayecto a las 11 o 12 de la noche, hacían parte también de una película pero ya de terror, pues las estaciones parecían abandonadas de lo solas que estaban, oscuras y frías, que inspiraban miedo. Y ni que decir de la llegada al pueblo, caminando por una estación de gasolina con su tienda atrás, con la luz titilante y con el sonido del corto circuito que hacía el letrero (tal como en películas de terror).
Las calles vacías, ni siquiera una cucaracha aparecía, ni siquiera polvo pues eso sí super aseados y organizados los pueblos y las ciudades. Pero debo admitir que todas las películas de terror que he visto en mi vida pasaron por mi mente. Incluso, mientras compraba en esa tienda el desayuno del otro día, no dejaba de recordar las escenas macabras en estaciones de gasolina y sus tiendas. Tanto así, que nunca he llegado a hacer una compra tan rápida en mi vida, rompí yo creo que el record mundial en hacer compras a mayor velocidad.
Cuento toda esta anécdota pues no fue solo un día, fueron todos los que estuve allá que viví esa misma escena. Sin embargo, me sentía segura caminando por esas solas y baldías calles a altas horas de la noche, pues sabía que era un pueblo seguro. Ahí me dí cuenta, que muchas veces la inseguridad está es en nuestra mente.
Viajar sola es algo increíble
Bastaron solo un par de días, para darme cuenta que viajar solo es algo increíble, algo que todos deberíamos hacer por lo menos una vez en la vida.
Por un lado te sientes libre, puedes hacer literalmente lo que te dé la gana y cuando te dé la gana. Eres dueño de tu tiempo y de tu espacio. Puedes detenerte a meditar, a observar a la gente, a tomar cuantas fotos quieras o simplemente no te tienes que detener si no quieres. Aparte de esto, viajar solo te permite conocerte más, te hace crecer como persona, te permite conocer todas tus capacidades. Es un ejercicio de autoconocimiento increíble. Además, hace que te abras a conocer gente, que socialices más.
No puedo negar que da susto, que siempre van a existir peligros, y para nosotras las mujeres pueden ser más. También quedan faltando sitios por conocer por cuestiones de seguridad. Además, en ocasiones se siente la soledad y quisieras tener con quien comentar algo. Sin embargo, siempre debe uno sacar el lado bueno de toda experiencia. Los periodos de soledad y miedos lo fortalecen más a uno y lo impulsan a conocer más personas y lugares y a disfrutar cada minuto y no rendirse.
Si hoy me preguntan si volvería a viajar sola, respondería sin dudarlo, SÍ, pues es una experiencia muy enriquecedora en varios aspectos y deja innumerables recuerdos y conocimientos.
Lugave 😊
Comentarios
Si, viajar sola es una experiencia totalmente diferente… Aunque creo que en mi necesidad de socializar, lo que más me gusta de viajar sola es la otra gente que también viaja sola, encontrarlos en el camino, hablarles, escucharlos, conocer su historia.
Me divertí leyendo tus 3 posts. Sobre llega a volver a pasar lo de la validación del tiquete, te haces la loca y que no tienes TC. No pasa nada si te ponen una multa, no te mandarán cuenta de cobro a tu casa ni te reportaran en datacrédito 😉
Muchas Gracias Mafe por tu comentario. Es cierto socializar con otros viajeros solitarios es muy chevere. Por otro lado, no se nos ocurrió hacer lo que dices jejej pero para la próxima ?
Viajar solo, se disfruta más en lugares tranquilos en donde puedas meditar o encontrarte contigo mismo
Es muy cierto, pero a veces enfrentándote a lugares no tan tranquilos y tan grandes, como fue mi caso, te conoces más a ti mismo y te das cuenta de que estás hecho. Gracias por tu comentario.